Pensé en las ideologías de las
conchas, o en las conchas y su ideología o en algo parecido.
Pensé en cuán de acuerdo estábamos.
Las dos nos encontrábamos adentro del Borda, con los locos, muchos jóvenes y
algunos referentes como Alfredo Moffatt, Nora Cortiñas (entre muchos otros) de este
movimiento que hoy se une en contra de Macri y su inmobiliaria política
represiva.
Pero no éramos los únicos. Afuera
del Borda, en la calle se encontraban unos
50 a 100 militantes de La Cámpora o simpatizantes a ellos, con banderas, stand,
canchas de futbol (¡con arco y todo!) un escenario muy bien preparado, luces y
un generador de importantes caballos.
Dije, podría mi concha estar afuera
con la ginecóloga, pero nos encontramos juntas dentro. Pregunte el porqué de
esta disquisición espacial, y resulto que como tenia banderas políticas que no
querían guardar, se decidieron por fuera, lejos de los locos (porque los locos
no pueden salir del Borda), y adentro un grupo mucho mas improvisado (sin
escenario, con 5 sillas nada mas, un micrófono y dos parlantes). Pero también
mucho más numerosos nos estaba dando muchas enseñanzas que era más que un
espectáculo, una invitación a la
reflexión.
Me pregunte para que estaban los de
afuera, para quien, porque no estaban con los locos, ¿con quién dialogaban?
¿Con una interna de ellos? ¿Con otras agrupaciones políticas? Para quien esa
movida si no era para los locos, claramente no era así, no estaban con ellos,
porque no los iban a dejar salir. De pronto sentí una esquizofrenia política
que hacía que todos los recursos de infraestructura estuvieran donde no tenían
que estar. El orgullo de sostener una bandera. ¿A quién mostramos nuestras
banderas?
Respuestas podrían ser múltiples,
pero bueno, pensé en mi ginecóloga otra vez. En lo involucrado de nuestros
genitales en estas escenas, en todas las ginecólogas y ginecólogos que además
de mirar conchas y culos, miran una realidad que nos convoca.
Observe también, ahí donde quería
estar, como se equivocaban al cercenar la palabra a un hombre loco, porque otro
hombre loco (con mejor aspecto, y con todos sus dientes) le decía que había
algo organizado y que debía cumplirse. Locos todos, ya sea por la rigidez de
una organización que no permitía un devenir mucho más interesante (un poema que
estaba leyendo un interno del Borda que decía algo así como: “Se vino el
redondito en esta sociedad de Octubres, con la mierda de la vida por querer
cantar un canto…”) o por querer engañarlo como a un niño con puras patrañas
(“vamos a otro lado a tomar un mate”), hasta por la fuerza querer sacarle el
micrófono.
Pensé en coger con el loco como
cúspide de lo que un cuerpo hace con el otro al solidarizarse, pero decidí
retirarme con la concha limpia. Preguntándome como se podía involucrar más mis
genitales sin tener que andar copulando por doquier. Estuve presente, me hice
presente, pero algo de la estructura expectante te deja también un poco vacía.
¿Neurosis de mis genitales? No se…
Tal vez un sabor amargo porque
gente tan linda este de pronto tan cerca de la estupidez. Y los que espectamos
tan cerca de la parálisis.
Pero fue un abrupto. Un destiempo.
Y esto es solo una lupa en ese momento. Sé que muchos artistas se acercaron a
apoyar a esta comunidad. Pidiendo por una proceso de desmanicomialización pero
con una alternativa de comunidad terapéutica que deje de aislar a estos
emergentes de la sociedad. (Bandera que tomo la derecha para quedarse con los
terrenos y dejar de invertir lo poco que invierten, pero sin la ultima parte).
Hace tiempo que mis genitales
dejaron de creer que una institución como la cárcel o el manicomio podía
“resocializar”. Es como enseñarle a jugar a la pelota a alguien dentro de un
ascensor. La panacea de la resocialización es un nefasto sistema de
sometimiento progresivo que dejan al sujeto con la vergüenza de los premios y
castigos.
Trabajar se convierte en una
restricción para los jóvenes, locos y aquellos que delinquieron y eso te deja
por fuera de lo que sea.
Me alegro de encontrarme con la loca
de mi ginecóloga… Verla fuera de su consultorio. Asomada para ver lo ideológico
de las conchas y mirarnos como mujeres que somos.
E.W.
5/5/13
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